El ferrocarril fue en nuestro país el primer eje de comunicación federal. Si bien fueron diseñados para llevar materias primas al puerto de Buenos Aires según los intereses británicos, también sirvieron para unir el país con servicios modernos y confiables. Con el tiempo, y producto de la desidia y la corrupción, sumado a la nula visión de nuestros políticos, se fueron cerrando líneas que eran estratégicas para mantener con vida a cientos de pueblos del interior. Los ferrocarriles en el mundo no han dejado de crecer, en el caso chino hay líneas que funcionan con electricidad y marchan a más de 400 kilómetros por hora. Igual en Francia o Japón. Mientras que en nuestro caso, el tren reinaugurado que llegaba a Mendoza, tarda dos horas más que en el siglo pasado. Acabo de leer que por abandono el tren que llegaba a Bahía Blanca será cerrado. La falta de mantenimiento e inoperancia de los funcionarios públicos ya dan vergüenza. Los actuales ferrocarriles de la Argentina, son un claro ejemplo de la mala administración y de nuestra decadencia. Mientras que en Europa los ferrocarriles llegan a todos los países, con velocidad, comodidad y seguridad, en Argentina parecen del far west, y van abandonando pueblos que quedan sin comunicación. Felicitaciones funcionarios, seguramente ustedes se mueven en autos alemanes.

Esteban Tortarolo                                          

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